miércoles, 4 de enero de 2012

Capitulo nº 3: ¿Hay alguien ahí?

Yo le hice caso y me senté en uno de los sofás que había. Ellos se fueron fuera a hablar de eso que decía Jasón, cosa que yo no sabía que era. Sentada allí pude admirar una foto, Jasón era pequeño y salía jugando con una pelota. Un momento, esa es mi casa. Me levanté del sofá y me dirigí donde estaba la foto para verla más de cerca. Era mi casa, ese era mi jardín y ese señor… ¡Era el del coche negro de esta mañana! Todo lo que tiene que ver con este chico es muy extraño, tenía muchas preguntas que hacerle. Me volví a sentar en el sofá, no quiero que piense que soy una cotilla. Aun que tarde o temprano le haría las preguntas que necesito hacer. Pasaron 2 minutos y entraron. Yo desde el sofá, vi como entraban y allí estaba él, el señor de la foto, el mismo de esta mañana. Ahora sí que me sonaba de haberlo visto antes, ese rostro pálido y robusto. No pude evitarlo, sin darme cuenta me quede mirando le fijamente y aun que eso fuera de mala educación tenía que hacerlo, o debería hacer otra cosa como… Salir de esa casa. Pero no, no lo iba a hacer, quería saber más. Me levanté del sofá y me dirigí hacia Jasón.

-Me tengo que ir, mi hermano me estará esperando.- dije mirándole.
- Vale, deja que te acompañe.- dijo tranquilo.
- No, puedo ir yo sola.- dije mientras caminaba hacia la puerta.
- Por favor.- dijo girando sobre el mismo.
- No.- dije seca.

Abrí la puerta y salí de aquella casa, cogí un ritmo rápido y fui por el camino por el que vine. Como no… Ya tenía que aparecer otra vez, noté su presencia detrás de mí.

-He dicho que puedo ir sola.- dije mientras andaba.
- Y yo he dicho que te acompaño.- dijo andando a mi ritmo.
- ¿Vivías en la misma casa que yo? - dije.
- Podríamos ir por otro camino.- dijo él, evitando contestarme.
- Contesta.- dije.

No dijo nada y yo ya me estaba poniendo nerviosa.

-¿Por qué no contestas? ¡¿Que sabes de mi?! – dije alterada.
- Yo nada, mis padres mucho.- dijo.
- ¿Y tus padres que saben? – dije asustada.
- Ya te he dicho que mucho.- dijo andando más rápido.
- Entonces dime ¿Por qué me proteges? – dije casi tartamudeando.
- Porque quiero.- dijo, sin mirarme.
- Vale ¿Cómo se llama tu padre? – pregunté.
- Deja de preguntarme cosas, esto parece un interrogatorio.- dijo alterado.
- ¿Y si lo es? – dije.
- Pues no debería estar en él, no he cometido ningún delito.- dijo llevando razón, como siempre.
- ¿Estás seguro? – dije intimidándole.
- Si.- dijo seco.
- Creo que mentir es un delito.
- ¿Acaso estoy mintiendo? – dijo nervioso.
- Si ¡Tú sabes mucho de mí! – dije algo alterada.
- Ya te he dicho que yo no sé nada.
- Vale, a lo mejor de mí no.
- Pues ya esta, deja de hacer preguntas inútiles.- dijo algo enfadado.
- Pero de mis padres y de ese bosque sabes mucho.
- Solo sé que tus padres desaparecieron, no sé nada más.
- ¿No sabes la causa? – pregunté.
- No.
- Vale, pero tu padre si.- dije recordando la foto.
- A lo mejor, pregúntaselo a él.
- Tú me podrías responder.
- Por milésima vez ¡Yo no sé nada! – dijo y paró de andar.
- Está bien. – me rendí.
- Bueno, ya hemos llegado. Hasta mañana. – se fue.

Entré dentro de casa y se escuchaba la tele, Brian la estaría viendo. Colgué mi abrigo en el perchero y subí las escaleras para ir a mi habitación. Llegué y me puse el pijama, eran las nueve de la noche y era hora de cenar. En cuanto me lo puse bajé al salón.

-Por fin apareces ¿Dónde te habías metido? – preguntó Brian.
- Me había ido a dar una vuelta.- contesté.
- ¿Tú sola? Qué raro.
- Ya ¿Haces la cena o la tengo que hacer yo? – dije caminando hacia la cocina.
- Ninguno de los 2, he pedido una pizza.- dijo mirándome.
- Ah bien ¿De qué es? – pregunté.
- De jamón y queso, sabe muy bien. – dijo dirigiéndose al sofá otra vez.
- Cierto. Cuando llegue me avisas y bajo.- dije subiendo las escaleras otra vez.

Entré a mi habitación y me estiré en la cama. Tenía muchas preguntas sin respuesta, tenía mucha intriga encima. Su padre, ¿Por qué me sonaba tanto? Esto es irritante. Mañana era viernes y solo tenía que ir 2 horas por qué después Brian me iría a buscar para ir al médico a que me pongan una vacuna. Me quedé ahí estirada media hora hasta que tocaron el timbre, sería la pizza. Me levanté y miré por la ventana, no había nadie. Abrí la ventana y dije.

- ¿Hay alguien ahí?

Nadie respondía a si que decidí bajar ya que mi hermano no abría la puerta. Bajé y con cuidado abrí la puerta, no había nadie, solo una carta en el suelo. La miré extrañada y la cogí. Cerré la puerta y fui al salón.

- Bryan hay una carta, será para ti. – dije dándole la carta.
- Te equivocas, es para ti.- dijo cogiéndola.

La cogí otra vez y si, ponía mi nombre. La abrí y comencé a leerla.

“ Katy, soy Jasón mis padres quieren que mañana vengas a cenar, no me preguntes el porqué, ni yo lo sé. Mañana te pasaré a buscar a las 8:30 PM, estate preparada.”

- ¿De quién es? Eh eh jaja.- dijo Bryan riéndose.
- De nadie, me voy a dormir.- dije guardando la carta y subiendo las escaleras.

Bryan se quedó a cuadros por mi respuesta, no solía ser así. Entré en mi habitación, dejé la carta sobre el escritorio, apagué la luz y me fui a dormir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario